Iba pretérito, desnortado de jueves tristes,
divergente y protestón, como esos caminos
que no llevan a ningún sitio
iba despeinado de estrofas
embrutecido de poemarios urbanicientos
y sin lectores
tenía menos años
y menos mundo
que un cordero lechal
Se chuleaba, flequillo mortífero
pelo en escorzo hacia Andrómeda
de ser un autor de culto
escribiendo versos
que nada significaban
pero parecían sonar muy bien
evocando alguna cosa rara y profunda
que solo entendían él
y sus siete amigos poetas
se quejaba de que le leían poco
menos que a otros
la envidia eterna
ah, la poesía
esa playa donde habitan
y se justifican
tantos inútiles
él escribía
escribía
versos salvajes, rompedores
llenos de imágenes reluctantes o idiotas
muy vanguardistas y dislocadas
y palabras sin mucho sentido
adheridas en una especie
de corta y pega cenital
copy paste, deliberado, fatal
y siniestro
sin coherencia ni dignidad estética
o con algún raro atisbo de arte
que él sobrevaloraba como se sobrevalora
todo lo que no tiene con qué compararse
pero el surrealismo era otra cosa, señores
otra cosa
y los demás ismos, también
ese conocido rutilante
futura nova de nuestros versos
me dijo con voz de corneta
que aquello suyo era poesía
que él era admirado por ser uno
de los nuevos valores
de nuestras apolilladas letras
era un enfant terrible
bisoño y comemundos
que iba a romper
con el naftalínico panorama
de la rancia poesía vigente
era un cohete
un prodigio pugnaz de palabras atropelladas
un discurso contracultural de rabia escupida
en aceras de costumbre
era un pedo en un descampado
básicamente
ya saben, sale alguno de éstos
que lo quieren cambiar todo
cada tres meses en alguna parte
del sembrado
tuve que pisarle los cojones
y mearle un poco en la glotis
mientras terminaba de afilar mi cuchillo Bowie
para atravesarlo contra un mármol
como al Drácula de Stoker
y no, no fué el Bowie de Life on Mars
era el Bowie del Álamo
el tajador de reyerta,
diseñador de clásicos filos
para la pendencia y el duelo
el que fabricó mi acero de justicia
y supe usarlo
y lo hice
porque algunos aún resistimos
mientras el General Santa Anna
manda a sus lanceros
contra nuestros muros de adobe
fué mirarle una sola vez
antes de que abriera
la boca perlada
de estrófico fortnite
y comprender que hablaba así
porque el culo aún no le olía
lo suficiente a trinchera
todo y todo se andará
dejemos, por ejemplo,
que pasen diez años